Article

Antojitos para sobrevivir

46 Vistas

1.2 millones de habitantes no nos dice mucho. Uno de los 30 municipios mexicanos con mayor ingreso por habitante, menos. La palabra Tzapopantl, ¿qué significa? Pero lo que uno recuerda si le dicen Zapopan, son las nieves de garrafa sobre la calle Eva Briseño, las de San Antonio: coco, limón, arándano y chocolate. Perfecto. Ya nos vamos poniendo de acuerdo. Enchiladas, tamales, tacos, dogos, pozole, birria, tortillas de maíz. Muy bien.
Zapopan, a diferencia de Guadalajara, tiene un centro donde la gente habita, trabaja y duerme, lo que influye en el buen trato de las calles, las casas antiguas y bien pintadas, y la seguridad para caminar por la noche sin mayores peligros.
La supervivencia del pueblo que aún es el centro de Zapopan, viene de la mano con sus disfrutes. Escápate al Mercado Municipal en las mañanas y habrá jugos de naranja, desayunos a buen precio y un área para hacer mandado sin gastar tanto, con productos de las cercanías.
Por la tarde, aguamiel, pulque, carnitas recién hechas, tostadas. Incluso, una vuelta por el Museo de Arte de Zapopan, a sus exposiciones y espacios iluminados. Por la noche, las opciones se diversifican. Las casas antiguas con zaguanes intermedios y techos altos son excelentes para un ambiente sosegado, donde puedes ir a cenar antojitos, ahi está Doña Gabina Escolástica, o pasar por una pizza con cerveza de barril al Café Candela.
Al final del pasillo peatonal, donde se encuentra una decena de bares de medianoche y restaurantes, pasando Avenida Laureles, da inicio la colonia residencial de finales del Siglo 19, la Seattle, con sus calles empedradas y largas cuadras para caminar. Se trata de una villa creada por extranjeros residentes en Guadalajara, ideal para tomar el fresco bajo la sombra de árboles frondosos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.